Buenas, en esta reseña les traigo una historia espeluznante, en la cual nos deja una moraleja importante.
Espero que les agrade y si te intereso la misma no dudes en comentar :)
Yoamoatodoelmundo dice
Aquella noche, frente a su computador, Sebastián se aburría, y ya su mano buscaba el mousse para salirse de la página de conversación cuando alguien que acababa de entrar le escribió.
Yoamoatodoelmundo dice:
-Hola ¿cómo estás?
El largamente fastidiado rostro de Sebastián se iluminó y, aguijoneado por el sujerente apodo cibernético, fue directo al grano.
Contra Master dice:
-¿Eres masculino o femenina?
Hasta hacía poco, para Sebastián y sus amigos, el chat sólo había servido para seguir conversando fuera de la escuela y para burlarse de los nuevos que entraban a aquella página de conversación, de la cual ellos eran los amos y señores. Pero un día, sus amigos empezaron a darle un uso diferente. A través deñ chat habían conocido chicas y se habían citado en centros comerciales. De esos encuentros habían surgido historias divertidas (más de una resultó ser una chica fea y latosa), o amorosas (la chica no resultó para nada fea).
Sebastián no había tenido esa fortuna. Claro que había conocido a unas cuantas chicas, cuatro en realidad. Dos de ellas lo rechazaron de tajo, diciéndole que ellas no entraban al chat para hacer amistades reales sino virtuales; a la otra nunca le hablo de un encuentro, porque desde el comienzo se mantuvo ajenas a sus insinuaciones; y la cuarta, con la que tuvo buena química, le dijo que vivía en una lejana ciudad del interior.
Hoy, a la búsqueda de mejor suerte, había ingresado tarde en la noche, momento en el que quizás entraban chicas más atrevidas. Una hora después nadie se había metido en la página, y él estaba a punto de salirse cuando llegó el saludo.
¿Sería esa su oportunidad de vivir una aventura como la que algunos de amigos había vívido?
¡Claro que sí! Si el tonto de Richard, que nisiquiera sabía escribir, había salido con una chica del chat, él que sabía expresarse y escribía sin errores ortográficos, no iba a fallar en sus planes de conquista.
Pasados unos minutos, apareció una respuesta bastante extraña.
Yoamoatodoelmundo dice:
- Tu prefiere yo femenino.
Sebastián, emocionado por aquel primer contacto, dejó pasar la sitaxis incongruente y siguió como si nada.
Contra Master dice:
-Dime tu edad.
De nuevo pasaron unos minutos, hasta que por fin apareció la contestación.
Yoamoatodoelmundo dice:
-Edad mía ¿? Dime tu edad para mi ¿?
Sebastián se molestó un poco y, acostumbrado a hacer lo que se le antojaba con la gente del chat, no dudó en responder de un modo grosero, categórico y directo.
Contra Master dice:
-Oye idiota, no te entiendo. ¿Qué te pasa, no sabes escribir?
Pasaron unos cincos minutos y no hubo respuesta; pero Yoamoatodoelmundo seguía en línea. Sebastián se sintió burlado.
Contra Master dice:
-Si no respondes te va a ir muy mal en la vida.
No hubo respuesta y Sebastián decidió utilizar una de sus técnicas de ataques preferidas. La repetición.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Contra Master dice:
-Responde, loca.
Y así escribió unas treinta veces. Pero del otro lado, nada pasó. Cansado ya de lidiar con el enigma, Sebastián decidió salirse de la página, no sin antes soltar unas últimas palabras.
Contra Master dice:
-Te voy a bloquear, loquita.
La respuesta no tardó en llegar.
Yoamoatodoelmundo dice:
-Si desconecta, por favor bloquea.
Contra Master dice:
-¡Ah, ahora sí me respondes!
Yoamoatodoelmundo dice:
-Sí bloquea, por favor desconecta mí.
Contra Master dice:
-¿Pero qué te pasa, por qué escribes así?
Sebastián imaginó que del otro lado había una chica loca. Sí, una chica que había crecido com problemas mentales, toda despeinada y en bata verde; una chica que alguna vez vio a su hermano frente a la computadora, conversando en el chat y tuvo curiosidad. Con voz torpe, entrecortada, y el hermano, rudimentariamente, le explicó y le enseñó. Ahora, la chica loca usaba el chat, y los familiare la dejaban porque se quedaba tranquila y no gritaba y no lloraba, aunque fuera por unos instantes.
Toda aquella historia era divertida, pero al final le resultó aterradora. Sebastián siempre había tenido la sensación de que el chat funcionaba como una especie de telepatía cibernética, algo como entrar con la mente en la mente de otra persona. Sí esto era así, entonces la locura de la chica había estado dando vueltas por la cabeza de él y, como un virus, se había incubado en algún oscuro ricón de su cabeza, desde donde se expandiría a todo su ser, volviéndolo loco totalmente loco...
Nervioso y apresurado, Sebastián se salió de la página de conversación.
Continuará.....
Si te gusto esta historia no dudes en comentar, pronto subiré la 2da parte♥
Nos Vemos.